Las estrellas más masivas del universo suelen nacer y evolucionar en sistemas binarios múltiples, es decir, en parejas o en grupos unidos por su gravedad mutua. Comprender cómo interactúan entre sí es clave para explicar desde su formación hasta el impacto que tienen en las galaxias de las que forman parte.
El proyecto MONOS (Multiplicity Of Northern O-type Spectroscopic systems) busca estudiar estos sistemas en el cielo del hemisferio norte, combinando observaciones espectroscópicas (que permiten analizar la luz descompuesta en colores para medir velocidades de las estrellas y sus propiedades físicas) con fotometría (medición de la luz) obtenida por telescopios espaciales como Gaia y TESS, que registran variaciones de brillo con gran precisión.
En este nuevo trabajo se estudiaron diez sistemas binarios masivos (con componentes de masas mayores a 8 veces la masa del Sol). Gracias a datos de alta calidad, el equipo pudo determinar con gran detalle las órbitas de sus estrellas componentes y sus características físicas. Entre los hallazgos más destacados se encuentran:
-La primera binaria espectroscópica Oe+O conocida (es decir, dos estrellas de tipo O, las estrellas normales más calientes, pero una de ellas con un disco de gas alrededor).
-Un sistema de supergigantes O en contacto (es decir, estrellas evolucionadas y de enorme tamaño a escasa distancia) que, en el pasado, ya atravesaron episodios de transferencia de materia.
En total, se publican ocho órbitas inéditas y se refinan otras dos, ampliando gradualmente el catálogo de sistemas masivos binarios con parámetros confiables.
 
 
 
 
 
 
